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Semana del 16 al 23 de abril

Estos son los cuentos premiados: 

Categoría de 6 a 9 años:

Los viajes de Aníbal

Por Jorge, 9 años.

Aníbal se aburría. Se aburría mucho. Desde hacía más de un mes estaba encerrado en casa con sus padres y su abuelo. Todos los habitantes de su país estaban encerrados en casa porque había un virus suelto en el ambiente. Así que todas las personas debían quedarse en casa para evitar contagiar o ser contagiadas.
Aníbal tenía nueve años y, aunque veía, hablaba y jugaba con sus amigos a través de internet y la play Station, se aburría y estaba cansado de estar encerrado. No podía jugar al fútbol, pasear junto al mar, montar en bici…, ni siquiera podía acompañar a mamá a la compra ni sacar a pasear a su perro, Coke.
Un día bajó al salón y allí estaba su abuelo con cara de aburrido también. El abuelo le preguntó:
– ¿ Qué te pasa Piojo? ( así es como lo llamaba cariñosamente su abuelo, Piojo).
– Me aburro, Abu.
– Yo también me aburro mucho… ¿Qué te gustaría hacer?
– uffff… no se….. ¡ irme de viaje!

Abu se quedó pensando un momento y dijo:

– ¡Tengo una idea! Dime a donde te gustaría ir de viaje y entonces organizaremos un viaje a ese sitio.
– Me gustaría ir a México, Abu, pero ¿cómo vamos a ir si no podemos salir de casa?
– ¡Muy fácil! Buscaremos fotos e información de México en internet y viajaremos allí con nuestra imaginación. Podemos inventarnos historias que nos hayan pasado allí y nos las contaremos el uno al otro. ¿Qué te parece?
– No lo veo claro…. pero podemos intentarlo.
Así que Aníbal y su abuelo se pusieron manos a la obra. Buscaron un montón de información y fotos de los lugares más bonitos de México y luego se pusieron a comentar su “ viaje” imaginario.
Cada tarde “viajaban” a algún lugar juntos. Se lo pasaban pipa. Un día elegía el destino Aníbal y otro día elegía su abuelo. Los dos disfrutaban mucho y se reían a carcajadas con las anécdotas que inventaban de esos lugares. Armaban tanto alboroto que un día los padres de Aníbal, que trabajaban con el ordenador en casa, aparecieron en el salón y les
preguntaron si podían también “viajar” con ellos. Abu y Aníbal estuvieron encantados de que ellos se sumaran a sus viajes imaginarios y así poder viajar en familia.
Pasado un tiempo, por fin pudieron salir a la calle y toda la familia de Aníbal decidió hacer realidad aquellos viajes imaginarios, así que hicieron las maletas y pusieron rumbo a su primer destino !!!MEXICOOO!!!


El increíble viaje de Cali

Por Ástor, 7 años.

Érase una vez un fuego llamado Cali que vivía en un pueblo a las afueras de Japón.

Cali siempre había soñado con ir al centro de Japón, Tokio. Pero no tenía suficiente dinero para viajar, así que se buscó un trabajo cómo hoguera en una casa.

Cuando pasó el tiempo, su hermano, que era el jefe de hogueras, le dio todo el dinero que necesitaba para ir.

Cali se subió en un tren de fuegos y llegó a Tokio unas horas más tarde. Cuando se bajó del tren se fue corriendo sin que nadie le viera a una tienda para esconderse.

Se fijó en un folleto de Tokio para visitantes que había allí sobre una estantería, lo cogió y se fue a un lugar seguro. Cuando se sintió a salvo vio el folleto de mejor manera. En el ponía que uno de los mejores sitios de la ciudad para visitar era el cruce de Shibuya.

¡¡¡¡Cuándo llegó vio que era alucinante!!!! El mayor cruce de peatones del mundo, casi 1.000.000 de personas pasan por ahí cada día.
Entonces se fijó que toda la gente estaba mirando hacia la estatua de Hachiko. Unos señores muy raros vinieron con pistolas asustando a todo el mundo para robar la estatua.

Llegó la policía para perseguir a los ladrones, pero los ladrones eran mucho más rápidos. Entonces Cali decidió hacer un plan para recuperar la estatua de Hachiko.

Se acercó a las piernas de cada uno de ellos y las quemó. Impidiendo que siguieran huyendo.

Después la policía los atrapó y colocó la estatua de Hachiko en su sitio.
Un día después de lo ocurrido Cali regresó a las afueras. Cuando llegó a su casa su hermano le preguntó cómo habían ido sus vacaciones por Tokio, y Cali dijo:

“Han sido las mejores vacaciones de mi vida”-.

 


 

La aventura al paraíso

Por Ana, 9 años.

Hace mucho tiempo un niño llamado Anastasio tenía un problema en el colegio. Todos los niños se reían de él por su nombre y le decían: ¡jaja, tienes nombre de niña! Él, intentaba no hacerles caso, entonces los niños iban dejando de burlarse. Pero aún así se sentía mal. Un día, Anastasio, pasó por delante de ellos.  Todos se le quedaron mirando porque llevaba calcetines rosas. Se miraron entre ellos y empezaron a reírse y decían: ¡llevas calcetines rosas, jajaja!

Un día Anastasio dijo: ¡estoy harto, puedo llevar los colores que quiera, puedo tener el nombre que me de la gana y nada me impide hacer lo que yo quiera!

Esa misma noche se escapó a un barco que iba a las Islas Paraíso. Hubo una gran tormenta en la que murieron bastantes hombres y naufragaron varios barcos y de ocho barcos y diez mil hombres solo quedaron dos barcos y veintinueve hombres. Todos empezaron a decir: ¡No lo conseguiremos! Hasta que se escuchó un grito: ¡tierra a la vista!

Todos pensaron que era un hombre como ellos, pero cuando Anastasio bajo del muelle, tenía mucho miedo por si le mataban, cuando bajó, todos se quedaron boquiabiertos ¡Era un niño! No se lo podían creer.

Cuando llegaron a las Islas Paraíso, no vieron solo una isla, vieron mil islas. Una de ellas la llamaron Anastasio, la noticia se fue repartiendo por todo Europa. Y Anastasio decidió volver a su casa.

Cuando llegó a su ciudad, llamada Sevilla, su familia estaba muy preocupada por Anastasio, pero a la vez contentos porque una de las Islas Paraíso tenía el nombre de su hijo. Entonces, a partir de ese día, en el colegio en vez de burlarse de él no paraban de preguntarle todo sobre su viaje. Les contó que duró un año y diez meses y que le habían puesto su nombre a una de las islas porque había sobrevivido a una de las peores tormentas que ha podido existir. Todos aprendieron a no burlarse de los demás y Anastasio ese día se fue muy contento a su casa porque tenia muchos amigos y era famoso en toda Europa y pensó…¡Qué más puedo tener!


 

Categoría de 10 a 14 años:

Una experiencia que nunca olvidarán

Por Daniel, 12 años.

Érase una vez un niño que se llamaba Tom, Tom era bastante tímido pero muy aventurero, le encantaba explorar y buscar cosas. Un día Tom estaba en su habitación jugando a la consola con sus amigos, Simón, Sam y Max. Tom pensó en ir a la calle a jugar al fútbol, así que fueron a la calle y se encontraron con una entrada a una alcantarilla muy extraña con una frase marcada “Valora lo que tienes” Los 4 amigos decidieron entrar pero solo se encontraron con mal olor y con un hombre tirado al final del camino, decidieron salir ya que ahí no había nada especial. Los 4 amigos se fueron cada uno a su casa, Simón fue el primero en llegar y tocó al timbre y entonces abrió un señor mayor que tenía pinta de empresario y le preguntó que quién era, pero claro que Simón lo que quería saber es quien era ese hombre, Simón pensó que se había equivocado de casa, pero no lo había hecho.

Sam fue el siguiente pero está vez su madre le abrió la puerta pero ella no sabía quién era el, Sam pensó que era una broma de su madre pero después de que Sam intentase entrar de verdad su madre fue ha llamar a la policia así que Sam salió corriendo.

Luego llegó Max y por la puerta apareció su madre, pero al parecer ella ya tenía un hijo que se llamaba también Max, Tom fue el último en llegar pero su casa no estaba, solo había una alcantarilla llena de Ratones. Los 4 amigos se reunieron en la plaza, no sabían que había podido pasarles así que retrocedieron en sus pasos y pensaron que la clave tenía que estar en la alcantarilla porque al parecer habían entrado en una especie de mundo paralelo. Estaban muy asustados por esa situación, se preguntaban¿Y si no volvemos?¿Existimos aquí? Pensaron que podían resolver una de las dudas y buscaron sus informes en departamentos de polícia, colegios, hasta espiaron sus casas, pero ellos allí no existían. Se hizo de noche y tenían que pasar la noche así que durmieron en un campo que había cercano al pueblo, pero no tenían comida y tenían que buscar la bebida, tenía que darse prisa y averiguar que les había pasado. Tom fue incapaz de dormir aquella noche y solo pensaba en qué habían hecho para llegar a esa situación.

Se despertaron temprano y no dudaron en ir de inmediato al pueblo, una vez allí se pusieron a pensar, también tuvieron que buscar monedas sueltas por el suelo para poder comprarse unas botellas de agua. Pensaron que si entraban de nuevo en la alcantarilla y volvían a salir volverían a su mundo, pero la alcantarilla ya no estaba.

Pero fue entonces cuando Tom recordó que en el sitio donde debería de estar su casa había una alcantarilla muy parecida y fueron a probar, pero la tapa que daba acceso a la alcantarilla no se podía abrir, estaba cerrada con llave. Ahora sí los 4 amigos se desesperaron porque era un situación muy complicada que nunca dejaba de poner prueba tras prueba. De nuevo Tom no paraba de comerse la cabeza sabía que ese es un problema que el podría solucionar, entonces recordó la frase de la alcantarilla: “Valora lo que tienes” entonces pensó que quizá no habían valorado bastante lo que tenían,

y entonces pensó que ahora sí valoraban lo que antes no. Los 4 amigos volvieron a pasar otra noche allí y se despertaron de nuevo con la esperanza de que todo hubiese sido un sueño, aquel día no pararon de encontrarse gente con problemas y ellos fueron ayudando a todas esas personas, pero no pedían nada a cambio, porque nadie podía darle lo que querían volver a casa y ser mejor personas. Y fue entonces cuando estaba terminando el día que los 4 amigos se tropezaron y desde el suelo vieron un cartel que ponía “Compra esta llave que es capaz de abrir cualquier cosa” Los 4 se animaron rápidamente al ver el anuncio pero luego pensaron que no podrían pagarlo, pero fue entonces cuando aparecieron todas las personas a las que habían ayudado y entre todos le pagaron la llave, los niños corriendo fueron a la alcantarilla y la abrieron, después vieron al hombre que había en el suelo, pero esta vez lo ayudaron sin pensar, llamaron a urgencias y gracias a ello el hombre se salvó. Los niños salieron de la alcantarilla, pero esta vez, en su mundo y nunca más dejarían de no valorar lo que tienen. Y podríamos decir que todo volvió a la normalidad, pero no todo ya que los 4 amigos aprendieron un valor que nunca volverían a olvidar. 


 

 

Super-superheroína

Gabriel, 14 años.

Si alguna vez la veis…
Ella es mi superhéroe favorita. Apenas puede aguantar el plato de cristal con un montón de comida caliente y lista para poner en la mesa y aún así, con su sonrisa en la cara, disfruta de vernos comer.

Apenas le alcanza la vista para ver nuestro rostro completo, pero no tiene ninguna duda de que soy el nieto más guapo de todos.

Apenas la he oído gritar, a menos que vea cerca de mí algún problema o peligro.

Apenas recuerda mi nombre, porque antes me pone el del resto de sus nietos, pero nunca se olvida de mi cumpleaños.

Apenas puede conservar la imagen de mi abuelo, pero siempre cuenta historias de como fueron los más felices del mundo.

Apenas guarda recuerdos de cómo fue su niñez, pero saca cada vez que puede la lata de pastas llenas de fotos de juventud.

Apenas pudo ayudar a mi madre en los estudios, pero insiste en que es lo más importante para nuestro futuro.

Ahora, apenas puede asomarse al balcón, pero nunca falta a su cita de las 8 en punto.

Apenas entiende lo que pasa más allá de lo que escucha en el rellano del bloque de pisos, pero siempre nos da consejos de lo que hay que hacer en estas situaciones.

A veces, los niños soñamos con ser mayores, médicos, abogados o simplemente felices y yo.. yo solo sueño en ser como ella.

A mi súper superheroína Margarita, para que el mundo pueda siempre verte como yo te veo y para que ahora, sepan cuidarte como tú cuidaste de todos nosotros.


 

La chica misteriosa

Por Alejandra, 13 años.

Allí estaba ella, así comienza esta historia. Una chica delgada, de pelo castaño recogido en una trenza y ojos negros se subió al barco en el último momento antes de zarpar. Sin decir nada, se dirigió hacia mi camarote y entró. Yo ya había escuchando que últimamente, una muchacha de aparentemente 15 años, subía a los barcos y afirmaba tener un mapa que conducía a un tesoro, por supuesto nadie le creía. Me acerqué a ella y
me encontré con unos ojos negros que cautivaban a aquel que los mirase.

Ella me dio un papel que estaba amarillento, se notaba que era muy antiguo.

— ¿Cómo sé que es verdadero y que no nos estás mintiendo? — le pregunté , — tendrás que fiarte de mí -me dijo ella-.

No me preguntéis por qué la creí, supongo que lo vi en su mirada profunda.

Todos emprendimos la ruta que el mapa indicaba. La chica siempre observaba el mar y sus olas. Decidí preguntarle por el verdadero motivo de su repentina llegada. No me creía que solo hubiese venido para darme un mapa de un supuesto tesoro.

— ¿Cuál es la verdadera causa por la que estás aquí? -le pregunté-,

— Eso no creo que te interese, con saber que vas a encontrar un tesoro ya te basta -me respondió-.

A eso yo le contesté:

—No puedes llegar a mi barco sin dar ninguna explicación.

No hubo respuesta.

Intenté hablar con ella una semana más tarde. Le conté una de las batallas que tuve en el mar unos años atrás, en esa época tenía 15 años y ahora tengo 20. Me preguntó cómo acabé siendo capitán de un barco siendo tan joven.

Esta vez fui yo el que no contestó.

Creo que empezó a cogerme una pizca de cariño y, aunque no os lo creáis, nos hicimos amigos. Nos contábamos historias y disfrutábamos de nuestra compañía.

Después de dos meses en el barco se escuchó el esperado: ¡Tierra a la vista!
Era una isla enorme, tardaríamos mucho en llegar al centro. Llegó la noche y la chica se sinceró conmigo y me contó la trágica historia de su bisabuela (lo siento pero esto no os lo puedo contar, hice una promesa)

A la mañana siguiente retomamos la expedición, empecé a notar una conducta extraña en ella. Creo que indirectamente íbamos a donde ella quería. Cuando teníamos dudas ella hablaba e íbamos hacia donde ella dijese. De vez en cuando la veía mirando algo que tenía en la mano pero al percatar que la miraba ella lo escondía.

Nos estábamos acercando al lugar dónde estaba el “tesoro” cuando una pantera se abalanzó sobre mí. Por suerte, la joven me empujó, rodamos por el suelo y nos quedamos sentados. Vimos un agujero en el suelo, corrimos hacia él y nos metimos. Me latía el corazón muy fuerte, ¡aquella chica que ni si quiera me había dicho su nombre me había salvado la vida! Sin embargo, a ella se la veía muy preocupada mirando a su alrededor.

Me fijé en que estábamos en una especie de sala y había una escritura muy rara en las paredes.

— No puedes mencionar este lugar a nadie -me dijo ella-.

Otra vez me envolvió su mirada y sin saber por qué accedí a no seguir investigando ni preguntando. La pantera se había marchado y la tripulación nos lanzó una cuerda para subir. Nos preguntaron qué que es lo que había allí abajo a lo que respondimos: nada. Ahí se acabó la aventura.

Tanto esfuerzo para nada, no encontramos ningún tesoro aunque yo sospechaba donde estaba. Y aquí termina la historia en la que vi por primera vez a esa misteriosa chica que me salvó la vida.

Mi diario

Hola diario, mi plan era llevar a un grupo de personas a buscar el tesoro, pero yo me encargaría de que jamás lo encontrasen, volverían a sus casas con las manos vacías y nadie más volvería a buscar. Mi bisabuela estaría orgullosa. El Capitán y yo caímos en la sala en la que estaba el mapa de cómo llegar al lugar que mi familia ha estado ocultando desde siempre. Sin que él se diera cuenta, cogí una caja antigua en la que había recuerdos de mi familia. Tuve que asumir el riesgo de caer en el agujero con aquel chico,
pero, era eso o que nos comiera la pantera. Creo que es un chico   encantador, sin embargo, fue una imprudencia confiar en él. Era mi única vía de escape, pero por desgracia, allí estaba él.


 

 

 

 

Si tu cuento no ha resultado premiado, puedes intentar enviar un cuento nuevo la próxima semana, antes del jueves.

¡Gracias a todos los participantes!