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Semana del 23 al 30 de abril

Estos son los cuentos premiados: 

Categoría de 6 a 9 años:

SIEMPRE UNIDOS

Por Rodrigo, 6 años
(Al jurado le sorprendió la madurez del cierre del cuento)

Érase una vez una familia de peces payaso que nunca se separaban, su papa siempre los entretenía, vivían en una anémona muy bonita.

Un día unos pescadores se llevaron a su madre, el papa dijo que ya no volveríamos a salir de casa, estuvieron muchos días sin salir de la anémona, mientras su papa buscaba a su mamá durante todo el día. Los pececillos jugaban al pilla pilla, también jugaban a hacer carreras dando vueltas,  la hermana mayor se quedaba en casa con los bebés  peces para cuidarlos y les llevaba algas para comer todos los días.

El papa busco días y días, hasta que encontró un acuario cerca del mar donde vio que estaba la mamá pez. Intento liberar a la mamá pez, pero ella no quería irse sola porque había hecho muchos amigos en el acuario y les prometió que iban a salir juntos de allí.

Cuando por fin todos consiguieron salir del acuario, todas las familias de animales marinos se alegraron de ver a sus hijos, y los humanos se quedaron en el acuario solos y sin peces.

Las otras madres pusieron más huevos para que hubiera más peces en el mar, y nunca se acabaran.

La mamá pez regreso a su anémona y se encontró con todos sus bebés pececillos, y todos juntos salieron de su casa porque ya no tenían miedo de los pescadores y todos fueron felices y aprendieron una lección: que lo importante es la familia y los amigos, que hay cuidarlos mucho y estar siempre unidos para vencer los problemas.

Y así acaba esta historia del mar y sus misterios.


 

Categoría de 10 a 14 años:

Los cambios de Theo

Por Efrén, 11 años

En pleno Ártico, había una familia de osos polares que se trasladaba cada día en busca de una escasa comida. ¡Se morían de hambre! Ya apenas quedaban focas por el lugar. Además, tenían que huir de Fox, un malvado cazador que pretendía vender a un alto precio la piel de Theo y su familia.
Un día cualquiera Theo olfateó a una foca, ¡COMIDA! pensó, pero sabía que la foca estaba aún muy lejos, calculaba unos 30 kilómetros. Theo esperó con paciencia que esta se acercara, no quería alejarse demasiado de su familia, pero por la nieve divisó una sombra… ¡era Fox!
Theo, asustado, se acercó tanto al filo del hielo que bastó un disparo de Fox para que se desprendiese. Theo se vio inmediatamente en medio del océano, rodeado de agua, y cada vez se alejaba más del Ártico y su familia. Fue arrastrado por la corriente durante nueve días hasta que llegó a tierra firme, eran las costas de Bangladesh. Pero aquí hacía demasiado calor, la doble capa de grasa de Theo hacía insoportable el clima, además, no había focas que comer. Al fondo, por encima de la tierra, Theo vio cómo se alzaba una montaña, el Himalaya, allí conseguiría la temperatura a la que estaba acostumbrado un oso polar, pero Theo estaba agotado y se desmayó.
No todo iba a ser malo en la vida de Theo, una bella muchacha llamada Wencheng, princesa del reino del Tíbet, lo encontró. Comprendió que necesitaba comida y le acercó unas cañas de bambú. Ella, viendo que el oso no tenía ni fuerzas para masticar, buscó una piedra para machacar el bambú y meterlo en la boca del oso ya despedazado. Ahora sí, Theo lo tragó y después de varias horas devorando el dulzor del bambú su cuerpo volvió a recuperar fuerzas. Wencheng le acercó también algunas frutas de árboles cercanos que también gustaron a Theo. Su alimentación comenzaba a cambiar. La humedad de aquellos bosques era ideal. Era el lugar perfecto. ¡Si pudiese tener allí a su familia!¡Se acordaba tanto de ellos!¡Maldito Fox, todo por su culpa!
Mientras Theo pensaba en ellos una nube negra y un olor insoportable se extendía por el bosque. Wencheng pedía auxilio, ahora le tocaba a él devolverle el favor. Sin pensárselo dos veces buscó entre las llamas a la princesa hasta dar con ella, la colocó en su lomo y la sacó del peligroso incendio.
Wencheng salvó su vida, los aldeanos estaban muy agradecidos y asombrados de que un oso hubiese salvado a su princesa, ellos a cambio le ayudarían a recuperar a su familia. Pero ahora la preocupación de Theo era otra, ¿su familia le reconocería? Tras el incendio el aspecto de Theo había cambiado. Su pelaje había sufrido quemaduras, ahora en vez de ser blanco como la nieve su cuerpo se cubría de manchas negras en brazos, piernas y ojos. Todo el mundo lo llamaba ahora oso panda.

Y esta es la historia de cómo un acto malvado cambió la vida de toda una familia y la separó, trajo consecuencias como la muerte, pero cómo se puede sobrevivir gracias a la solidaridad ¿Alguna vez te ha pasado algo parecido, abuelo? No te escucho bien cariño, mi tos me lo impide, le voy a decir a la enfermera que me ponga el móvil más cerca.


 

La puerta al Mundo Mágico

Por Ágata, 12 años.

Érase una vez una niña llamada María. Sus padres vivían en Los Angeles, y ella estaba sola con sus abuelos en Madrid. Un día su abuela le dijo “hija, ¿quieres ir a recoger setas al bosque conmigo?” Y María le contestó.. -“claro, abuelita”.
Cuando María y su abuelita se fueron a recoger setas, el abuelo estaba durmiendo. Cuando fueron al bosque la abuelita empezó a recoger setas comestibles, porque ella sabía cuáles se podían comer, y cuáles no. En este momento María se alejó de su abuelita y, vio una seta muy muy bonita, que brillaba tanto, que María acercándose no podía abrir los ojos. Cuando la vio dijo “¡anda, qué seta más bonita encontré!” Pero pensó, que si la recogía y se la llevaba a la abuelita, no se lo podría comer ella sola, por eso decidió arrancarla de la tierra y comérsela ahí. En este momento todo delante de sus ojos se puso negro, y se cayó al suelo. La abuelita la vio y empezó a gritar muy alto. El abuelo se despertó y corrió hacia el bosque para ver qué estaba pasando. La abuela le contó que la nieta se alejó de ella y se había comido una seta extraña. El abuelo la cogió en los brazos y la llevó al hospital. Los doctores dijeron que no podían hacer nada, porque no sabían que seta se había comido María. Los abuelos pensaron llevarla a casa y esperar hasta que se despertara, pero ellos no sabían que se había comido una seta mágica, que llevo a María al mundo de las criaturas mágicas. La abuelita pensó en ir al bosque y buscar una seta que pudiera salvar a María. El abuelo le dijo que tuviera cuidado y le dio un arma por si acaso.
La abuelita se fue en busca de una seta medicinal, pero en ese momento algo brilló ante sus ojos, que la hizo caer al suelo. Al abrir los ojos miró a su alrededor y vio otra seta que también brillaba muchísimo. Pensó lo mismo que María… quería comérsela ella sola.La abuela cogió la seta y se la comió también. En este mismo momento se cayó al suelo. Pasada una hora el abuelo empezó a preocuparse porque la abuelita no volvía a casa. Pensó en ir a buscarla si no volvía pronto.
María se despertó y al mirar a su alrededor sintió que esa no era la casa de sus abuelos. Oyó un sonido muy fuerte y ante sus ojos tenía un dragón gigante que la miraba muy atento. María empezó a gritar y se tapó los ojos con la almohada. Alguien le acarició la cabeza y María se asustó. Miró atrás y vio a su abuelita. Empezó a llorar y se abrazaron. María le contó todo lo que le había pasado a su abuela, y su abuela le contó que ella también se comió la seta mágica, por lo que las dos estaban juntas en el mundo de las criaturas mágicas.
El dragón, al que María veía, dio con su cabeza al techo de la casa y el techo se derrumbó de golpe. El dragón solo quería salvar a María y a su abuela y devolverlas al mundo real. El dragón le explico a María que a lo mejor sólo podría salvar a una de las dos. María le contesto.. – si no nos salvas a las dos no nos salves a ninguna porque yo me moriría de pena si mi abuela, y mi abuela se moriría de pena sin mí.
Finalmente el dragón pudo salvarlas a las dos. El abuelo llegó a la casa y se encontró a su mujer y a su nieta muy contentas y con un brillo especial en su cara. El abuelo se sintió muy feliz al ver que había recuperado a su nieta y que su mujer había vuelto. Fin.


 

El Quete

Por Lola, 13 años

Aquel había sido un día de locos porque a mi hermano se le había ocurrido la
estúpida idea de hacer caso a una vieja leyenda. Mis padres habían decidido que
este año iríamos de vacaciones a Italia, que nos alojaríamos en un hotel precioso
durante diez días y que lo pasaríamos genial. En cierto modo tenían razón porque
estábamos en Italia y el hotel era precioso pero pero no nos lo estábamos pasando
genial aunque ellos no lo sabían, ni se enterarían jamás.
Si supieran que ahora estamos frente a un barranco a punto de caer al vacío
nos matarían (si es que no morímos en el intento). Como iba diciendo todo esto ha
sido idea de mi hermano, que quede bien claro. En el hotel nos habían contado la
leyenda del Quete, un poderoso brujo que hacía tus sueños realidad si superabas una prueba. Y como mi hermano era tan pesado se había empeñado en ir a pedirle una Play Station.
Pero lo que no sabíamos era que esa prueba consistía en lanzarte por un
precipicio y que una vez aceptado el reto no podías echarte atrás. Nos habíamos negado rotundamente pero ya nada podíamos hacer. El Quete nos había arrastrado frente a un barranco y por eso estoy aquí viendo mi muerte.
– Saltad ya – apremió el brujo – Ahora no podéis rendiros. Si queréis esa Play Station, saltad.
– ¿Pero como vamos a conseguirla si morimos? – respondió mi hermano.
– Solo sobreviviréis si tenéis fé.
– No, eso es ridículo. – dije.
Entonces el brujo se hartó de nuestras tonterías y nos empujó. Viendo nada más que la oscuridad del abismo busqué la mano de mi hermano y
la apreté con fuerza. Cerré los ojos y como si me quedara otro remedió tuve fe.
Creo que él hizo lo mismo porque de repente estábamos en la habitación del
hotel. Estupefactos, miramos a nuestro alrededor. Todo estaba igual… ¡excepto por la Play Station del sillón!
– ¡Tachán! ¿Os gusta? – dijo mamá sobresaltándonos a los dos – Sé que os
hacía mucha ilusión.
Mi hermano y yo nos miramos, sonrientes.


Si tu cuento no ha resultado premiado, puedes intentar enviar un cuento nuevo la próxima semana, antes del jueves.

¡Gracias a todos los participantes!